Puede matarme el amor de nostalgia esta noche,
puedo decir sin dudar: " Mi barco esta varado,
esperando ver tu luz, princesa del pasado".
La noche está estrellada y el cielo es un derroche,
puede matarme el amor de nostalgia esta noche.
¿Sabes? Te amé y, a veces, tú también me quisiste,
y en las noches del ayer mi verso no era triste.
Te tuve entre mis letras, estabas a mi lado,
mi aroma era tu aroma, princesa del pasado.
Cómo ignorar el pulso de letra que escribiste,
el día que esperaba, el día que no viniste.
Saber que ya no estás, entender por qué has fugado
y el canto de un pájaro me saca del letargo.
El alma cae al suelo como la lluvia, es simple,
no volverá a mojarse, tu cuerpo ya no dice:
"Te espero en varadero, no tardes que me apago,
no olvides aquel verso que tú me has entregado".
El tiempo se termina, se acaba el escribirte,
no vuelven estos dedos, no vuelven a decirte;
"Te busco en el presente, te busco y te has marchado,
mañana es imposible, mañana se ha mudado".
No somos lo que fuimos y el tiempo se resiste,
es cierto, ya no espero, me voy por el despiste.
Tu oído ya no escucha mi verso emancipado,
tu voz ya no me suena y otro se la ha llevado.
Ya no te espero, es verdad, pero tal vez insiste
mi corazón, te añora, no olvida lo que hiciste.
Dura tan poco el amor y olvidar se hace largo,
pero es tan bello amar que nunca te he olvidado.
El abrazo más fuerte, la mirada más dulce,
el regalo más grande, corazón, tú me diste.
