ni Sodoma con Gomorra,
ni salmón que del oso escapa,
ni Goliat huyendo de David.
Ni a Venecia ni al fin,
ni trinchera en la frontera,
ni te sobro ni te importa,
ni te escribo ni tú a mí.
Ni te pido ni me dices "sí",
ni te nombro ni me espanta
el calor de tu ensenada,
solo, sin ti, pretendo huir.
Ni te llamo ni tú a mí,
ni te veo en el recreo,
lo peor no me lo creo,
lo mejor: el porvenir.