Siempre esperé el momento en que llegaste,
nadie me dijo nunca -"Estás tan solo"-,
hasta que tú viniste, consonante
con una brizna azul en cielo de oro.
Nunca encontré la hora de buscarte
y pintaste una letra con decoro,
yo me la hice mía en un instante
y se instaló en mi rincón tu tesoro.
Y te sueño, de día y por la tarde,
y en el ocaso busco aquel recodo
donde tu amor se funde con el aire
para atrapar tu luz en un ignoto
anochecer que nace al reflejarse
en la mirada dulce de tu foto.
en la mirada dulce de tu foto.