Andrea abrió los ojos y observó a su alrededor, todo era muy extraño. La larga mesa que gobernaba la estancia estaba repleta de frascos y polvo; en la esquina había un par de escobas apoyadas, más grandes de lo normal, las paredes cubiertas de fotos, unas enmarcadas y otras directamente sobre la basta madera. Al fondo la sorprendió una pizarra que se salía del estilo estético de toda la estancia, más actual, más limpia y repleta de pequeños recortes con anotaciones en papeles de diferentes colores.
— ¿Por fin despiertas, pequeña?
— ¿Quién hay ahí, dónde estoy, qué ha pasado?
— ¡Ja, ja, ja! Nada malo, estás aquí porque tenías que llegar — dijo la mujer de incierta edad, mientras se acercaba lentamente con un cuenco en las manos — . Anda, tómate esto y saldrás del letargo en el que te hayas sumida…
Andrea sin quitarle ojo a la señora, tomó la bebida lentamente, estaba templada y sabia a rayos. Al terminar, se sintió reconfortada y se atrevió a preguntar a su anfitriona:
— ¿Dónde están Marcos y la zíngara? ¿Por qué estoy aquí?
— Es mejor no hacer demasiadas preguntas, antes de que oigas la historia que tengo que contarte, sería no terminar nunca. No te preocupes por ellos, te esperarán lo que haga falta hasta que cumplas tu misión.
— ¿Una misión? ¿Yo?... No entiendo nada señora, perdone, pero creo que se confunde, soy una simple estudiante, bastante mediocre que a duras penas salva el curso por los pelos.
— Estás en Brillantia, un mágico lugar al que no todo el mundo tiene acceso y que no está ni aquí ni allí — le explicó la bruja mientras se sentaba en la cama y le tomaba la temperatura acercando su mano a la frente de Andrea —. Nosotras somos las encargadas de custodiar las esferas mágicas del tiempo y la nigromancia, y controlamos que se haga un uso correcto de la magia menor. De este modo mantenemos el equilibrio de todos los seres vivos del universo. Por lo que veo, estás perfectamente.
— Me parece muy bien señora, pero escuche, creo que se confunde con respecto a mí…
La mujer con impaciencia, alzó la mano en señal de que callara y escuchara.
— Con respecto a lo que te decía antes, permanecerás aquí el tiempo necesario hasta aprenderlo todo y puedas convertirte en custodia. Eres la elegida, pero hubo un serio problema y necesitamos la esencia de tu gemela simbólica, la conjunción de los planetas dentro de que era la correcta, se produjo un contratiempo en el momento de tu alumbramiento, se cruzó un cometa que no estaba previsto y esto originó el adelantamiento del parto de otra niña con las mismas características astrológicas, pero con diferencias claras que sin la comunión de ambas haría esta misión imposible, es la primera vez que pasa en la historia de la magia del mundo.
— Ese tiempo necesario, pueden ser meses y… ¿Marcos?
Andrea no terminaba de creer en lo que estaba oyendo y pensaba que esa mujer estaba loca de remate. Una gemela simbólica, lo qué le faltaba, con los problemas que tenía a veces para encontrarse con ella misma, cómo iba a encontrar a la otra que puede que ni siquiera fuera de este mundo ni de este tiempo.
— No te preocupes por eso, el concepto del tiempo no es el mismo entre los dos planos, por lo que no se te echará mucho en falta. ¿Te encuentras mejor?
— Sí, sí.
— Me alegro, pues pongámonos en marcha.
— Señora…
— Puedes llamarme Lyra. Date prisa la hora se aproxima y tengo que seguir contándote la historia.
— ¿Todavía hay más?
— Claro, las cosas mágicas nunca son sencillas. La cuestión es que tu gemela llamada Niria fue capturada por Jalu, un mago oscuro y muy poderoso, que quiere romper el orden para adquirir todo el poder de la magia negra y controlar los mundos. Él la mató e intentó impregnarse con la esencia de Niria, pero no pudo porque le faltabas tú y todas tus facultades, por tanto escondió en el Mundo Inverso el alma de tu gemela astrológica. Es allí donde nos dirigimos, para recuperarla e incorparla en ti, para que estés completa y puedas cumplir con la misión. Ponte esta capa y cierra los ojos.
Reconfortada en la capa, sus ojos se cerraron y al abrirlos se vio sentada en una barca de remos junto a Lyra y rodeadas de un inmenso lago...
— ¿Volvemos con Marcos? ¿Dónde está Marcos?— Preguntó Andrea a Lyra, buscando desorientada, sin divisarlo por ninguna parte.
— No has entendido nada, rema y te lo volveré a explicar, las veces que haga falta.
Remó con todas sus fuerzas hacia la orilla hasta que consiguieron tomar tierra. Dieron unos pasos y vio un camino idéntico al que había abandonado cuando fue raptada por Lyra. Se dirigieron ligeras hacia él y allí se encontraron con un extraño ser, envuelto en una capa negra, que las aguardaba, y les dijo:
— El consejo de ancianos hace rato que os espera, seguidme.
Se adentraron en el sendero, siguiendo las huellas del ente.
Se adentraron en el sendero, siguiendo las huellas del ente.