Allí, donde se juntan los amigos,
donde confluye el río con la mar,
donde se alían hoy mis enemigos
gozando en arrecifes de coral.
En los vientos que soplan divididos,
el aire se olvida de respirar;
doce versos que acabaron perdidos,
abrazos imposibles de olvidar.
Y avanzas tan deprisa en los caminos
que no te llevan a ningún lugar.
Yo tampoco esperaba desatinos
pero la vida es así: "No hay piedad".