El cielo nunca está lejos de ti,
porque eres tú, con tu ardiente mirada,
quien ilumina el día en la mañana;
amanece y el sol muda hacia aquí.
Tú, que te sabes y eres carmesí,
vienes y vas por ladera quemada
y te abrasas, sintiendo en la alborada,
cada verso y gesto que te ofrecí.
A cambio, ya nada pido y viví
momentos que no mueren entre mi alma,
el paso de los años nos arranca
las ganas de morir. No somos nada
y sin embargo el hueco de tu cama
suena a melodía... tú sigue así ; - )