Ya no me quedan ganas de vacío,
y te presiento lejos de este nido,
y te vas por las ramas del olvido
pero ya no me importa, ando rendido.
Nada va a ser eterno, ni el delirio,
y si tú ya no estás... adiós al vicio
de tener tu regazo junto al mío,
a qué puedo aspirar en el retiro.
Y fue todo un honor leer tu escrito
pero el tiempo se funde en lo infinito
de tu magna presencia que bendigo,
al calor del camino, al desatino,
a tu amor misterioso, al vencido,
hasta luego mi amor, fin del principio.