en un país lejano, azul y bello,
cual musa me inspiraste tú este verso,
sentí ese beso ardiente en tu mirada.
Adónde me llevabas, preguntaba,
el cielo se burlaba de mi miedo,
el mar era un tormento sin tu pelo
danzando como el aire en una daga.
Me llamas o te llamo, yo dudaba,
el tiempo me robaba tu misterio,
no quise perecer en cautiverio,
tan sólo transitar por ese imperio
que cuidas, cual mujer, entre su empeño
por ver finiquitado nuestro drama.