Si caemos del cielo y no es carnaval
no rimarán tus versos con los míos,
si perdemos el tiempo en esta ciudad
se mudarán las lágrimas sin ruidos.
El corazón nos miente y el arrabal
nos lleva por caminos y desvíos
que no acaban de poner punto y final
a este cuento de amor, de mil delirios.
Si rompemos promesas y mueren más,
no quedarán aromas ni respiros
para evitar sin prisas la marcha atrás.
Y si nos despotrican en suicidios,
escribiendo mil letras, tirando a dar,
se cargarán de un soplo nuestros vicios.