Lo abrupto del amor cuando se acaba
es la rota escalera sin peldaño
para escalar al hueco de la almohada
sin volver a caer y hacernos daño.
Los besos del calor de la morada
se esfuman con un sueño, cual apaño,
se inventa una oración iluminada
que luego, con el tiempo, cumple un año.
Las noches sin pasión son una lacra
que anota en su pizarra el dulce engaño
cuando la luna llega hasta la casa
y esconde su presencia, cual huraño;
no rimes por rimar una palabra