Diario de un compromiso - C. Peralta & S. Arnau


—  Si alguna vez notas que estoy ausente, no creas que es mala suerte, en tus brazos puedes tenerme, lo difícil es retener mi mente. Frenarle los pasos, detenerle, las prisas, el vuelo hacia el oriente, hacia un rumbo desierto en la corriente, procurando encontrar lo que no tiene, frente a un espejismo de jade y oropeles… o beber el turquesa en otra fuente. Como ave insaciable entre tus mieles, que quisiera probar otros placeres. Sin dejar el nido, a por otras pieles.

—  No hay por qué dejar el nido para probar otras pieles. Lo malo es no probar y quedarse en el lugar por miedo a perder. Ganar es probar a qué sabe cada rincón de la vida, lo sabes mejor que yo, así que no me acuses de no tener osadía. Jugársela a todo o nada es un don, no una ambición. Hay quien confunde ambos términos.

—  De valentía rebosa el placer cuando se consigue hacer de él un donativo, de esos esquivos pero extensivo. He probado el sabor de lo fortuito, la brevedad intensa de un beso infinito. He mojado esos recuerdos en copas de vino… pero en el nido, aún la cobardía susurra en mi oído, me cubre, me arropa, me embriaga su tino.

—  Del pasado oscuro renacen cenizas para que la valentía no quede en el olvido. No sobran sorpresas cuando se trata de andar vivo.

—  Y gana la entrega o aquel compromiso, si no del papel que sirve de abrigo, es la mano inquieta que rueda el anillo, el recordatorio del triunfo bendito, del viento que en contra me clava en el sitio. 

—  Una relación sólo tiene validez horaria, tal vez hasta diaria e incluso semanal. Más allá de todo esto, mantenerla depende de la leña que se le va echando al fuego. Los hay que arden toda una vida y otros apenas superan un par de meses o años. No hay pecado en un nada que dependa de cómo vayan sucediendo las cosas.

—  Pecar es la fe probando el martirio, lo dulce y lo amargo que llaman prohibido. La mente es el ego en su libre albedrío, volando a sus anchas, creando motivos, deseos de saciar las alas del capricho, traspasando las fronteras del puro peligro. Guardando en mis pupilas el éxtasis invicto. Aventuras creadas en medio del delirio. La mente es un teatro con el telón caído, que guarda aquel secreto que se lleva al camerino.





+POPS